Juan Ignacio Morasso (4to Reich): Nací en la generación sin ídolos. Nunca me identifiqué como Generación Halley, con Melissa, ni Guillermo Dávila, Karina o Yordano, no fui “Generación X” ni la mal llamada “Generación boba”. En 5to ó 6to grado viajé con un amigo a San Diego, California, donde vivía toda su familia. Estaba en pleno el furor del new wave. Allí tome la influencia patinetera y surfista. Ya en Caracas, después de esas vacaciones, sucede lo típico: Un vecino llamado Alberto Montero estudiaba en el colegio Don Bosco, con Guillermo Méndez, Ángel Pineda, Carlos Eduardo Troconis “Cayayo” y los Méndez. Alberto me propone hacer una banda. Así apareció 4to Reich, el nombre lo puso Ángel Pineda. Tocamos en sitios como la Verbena Don Bosco, el Café Memphis de Sabana Grande, la Cueva de Monterrey, Toldos del Rosal, Junkolandia y en fiestas como las que se hicieron en casa de Ingrid y Pingüino. Tocamos con bandas como Sucia sugestión, Q.E.P.D., Motín Urbano, Las Ladillas de Karakas, Psh-Psh, Desorden Público y Sentimiento Muerto. Al desintegrarse, casi que naturalmente 4to Reich, no tengo claro ni que pasó. Éramos muy chamos, cumplimos 18 años y al parecer cada uno agarró para su lado. No tuvimos la suficiente madurez para entender lo que hacíamos ni seguir con adelante con el proyecto.

Mauricio Cepeda (4to Reich): Me salvé de la Guardia Nacional: En los principios de los 80, estando de vacaciones en Pompano Beach, Florida – Estados Unidos, visitando a los Morassos en su casa, conocí a Cayayo, el cual puso el disco de Never Mind the Bollocks de Sex Pistols. En ese momento no tocaba ningún instrumento, pero siempre estaba inclinado a la batería. Recuerdo dándole a las almohadas con dos palitos de gancho de ropa. Cada día me ilusionaba más en tener mi banda de punk rock. Por alguna razón, un día, Juan Ignacio Morasso me invitó a casa de Alfredo Romero, donde ensayaban. Juan Ignacio me preguntó si quería formar parte de su banda, que resultó ser 4to Reich. Sin duda alguna les dije que claro y empezamos a ensayar juntos con Ángel Pineda en la guitarra, Guillermo Méndez en el bajo, Juan Ignacio en la voz y yo como nuevo baterista. Empezamos a tocar en fiestas privadas de gente y amigos. Hubo un toque con Sentimiento Muerto y 4to Reich en las Cuevas de Monterrey en Sabana Grande, pero la Guardia Nacional llegó y nos llevaron presos a todos: “A la derecha pajarito”. ¡Yo me salvé!

Juan Ignacio Morasso (Holocausto): Canciones que alertaron El Caracazo: Cuando se acaba 4to Reich quería continuar haciendo música, con mucha inquietud y deseos de seguir diciendo las cosas, de componer, de montarme en una tarima a denunciar lo que seguía pasando gobierno tras gobierno. En Holocausto fuimos un trio, junto a Rafael Cadavieco en la batería y Carlos Chacín en el bajo. Cuando ya teníamos como diez temas, un día en un ensayo, decidimos grabar utilizando el audio digital de un DAT. Muy básico, en el garaje de mi casa, sin el apoyo de grandes tecnologías, en un día y todo en vivo en una sola toma, grabamos la música. Luego, al día siguiente, montamos las voces. Luego de muchos conciertos en 1991 Carlos se va a San Francisco, luego Rafael comienza a tocar en Zapato 3.